Danilo Díaz Granados: Malestar psicológico durante la menopausia y el climaterio femenino
En
el pasado se asumía que las
mujeres de alrededor de los 50 años esperaban ingresar
a la menopausia,
padeciendo síntomas como sofocos e irritabilidad y desequilibrios hormonales que
influyen y desestabilizan el bienestar
emocional de la mujer.
Ahora bien, en
la actualidad se entiende que los desequilibrios hormonales que se
solían asociar a la menopausia, pueden comenzar cuando la mujer todavía se
encuentra en sus 30 años, desencadenando síntomas como la depresión,
ansiedad e insomnio.
Según
Sesma et al. (2013) hay poca información sobre cuál es la relación de los síntomas
de la menopausia con las alteraciones hormonales que se dan en la transición a
la misma.
Sin embargo,
incluso en estudios en los que no se encontraba una relación entre
los síntomas depresivos y la perimenopausia, se encontró una asociación entre la
presencia de síntomas perimenopáusicos como
los sofocos y los síntomas
depresivos, sugiriendo que la alteración hormonal pudiera
mediar ambos tipos de síntomas.
Algunos signos
tempranos de desequilibrios hormonales,
a veces referidos a la menopausia incluyen períodos irregulares que pueden
estar acompañados de sangrado abundante, aumento de peso, ojos secos,
dificultad para dormir y depresión. La causa del problema es
un desequilibrio de las hormonas
progesterona, testosterona y estrógeno.
La perimenopausia es
una etapa de transición entre la fertilidad y la menopausia. Durante este
tiempo las hormonas de una mujer fluctúan, causando cambios de humor y
aumento de la reactivad emocional. El estrés, el sedentarismo y una dieta inadecuada aumentan
las posibilidades de padecer depresión en esta etapa.
Meses o años
después del inicio de la perimenopausia las mujeres entran en la menopausia,
esto sucede cuando los niveles hormonales se alteran drásticamente. Es
probable que la depresión hormonal aumente en las mujeres que se someten a una
histerectomía, puesto que en este caso los niveles de estrógeno disminuyen
rápidamente y no a un ritmo natural.
En
conjunto con la terapia
hormonal, la terapia psicológica es imprescindible, puesto
que el psicólogo es quien se ocupará de realizar una evaluación completa para
localizar otros posibles factores que influyen en la problemática de la mujer,
como pueden ser problemas familiares o de pareja, dificultades en la toma de
decisiones, falta de confianza y visión negativa de uno mismo, los cuales son
factores que predisponen a un malestar psicológico y que tal vez no es causa de
la menopausia, sino de conflictos anteriores sin resolver.